escribe resmas de poesía en su cabeza
un domingo por la mañana tendida en su lecho
llueve contra la ventana de un día perfecto para el descanso
él está desnudo a su lado
la cosa más hermosa que ella jamás haya visto
con tal estructura color y forma
esa segunda piel que le circunda sin apenas tocarla
él busca su teléfono para leer
ella se vuelve hacia la pared para llorar
aunque desnuda a su lado, nada hay en él para abrazar
dondequiera que pisa, pisa el vidrio
y cada vez sangra más
ella puede leerlo como un libro
pero no pude interpretarlo
cegada por la ilusión
ella hace un gesto romántico
se ofrece incinerada deja al descubierto
su necesidad de odiarse a sí mismo
más apasionada que el amor
de quien descansa
aquí a su lado
sin más Yeats para dar
Traducción al español de Aleisa Ribalta
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